Sentado en las puertas del cielo,
con mis deberes ya terminados,
tu mirada es lo que más anhelo,
pues no puedo evitar el miedo del azar.
Como en una partida de dados,
la vida depara momentos inesperados,
el éxito y el fracaso pueden ir de la mano,
como un pez indefenso luchando contra la mar.
Mientras fluimos nunca te dejaré de amar,
pues en esta vida tu sonrisa y tu bienestar,
es lo más valioso que tengo,
por eso, jamás te dejaré de observar.
PD: Pensado y escrito por mi mente y dedicado para ti sin ninguna duda...
1 comentario:
Me encantan tus reflexiones, siempre las espero con impaciencia.
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