30 oct 2009

No todas las historias acaban con final feliz

Me gusta diseñar.
Me gusta construir.
Me gusta realizar sueños.
Me gusta descubrir.
Me gusta conocer.
Me gusta la libertad.

Creo en la musica.
Creo en los cruces de miradas.
Creo en la amistad.
Creo en la confianza.
Creo en lo increíble.
Creo en el mañana.
Creo en un futuro mejor.
Creo en los sueños.
Creo en el perdón.
Creo en las segundas oportunidades.
Creo en la sinceridad.

Creo en el amor a primera vista, en el amor para siempre, en la ilusion, en las ganas de tener una vida juntos, en la complicidad, en las noches mágicas, en los amaneceres juntos, en tu perfume invisible al ojo pero no a mi corazon, en tu esencia, en tus labios acariciando los mios con tu lengüita mojada rozando a la mia, en tu sonrisa, en tus ojos iluminados inyectado de ese nectar que es la felicidad, en los buenos momentos, en los malos, en las reconciliaciones...

Creo en esto y en mucho mas, por eso te digo que no te has parado a conocerme.

Jamás he creído en la destrucción.
Nunca he sido negativo.
No creo en las mentiras.
No puedo con la incomprensión.
No tolero el rechazo.
No comparto el egoismo.
Odio el no despertarme a tu lado.

Sufro, sufro mucho, cada vez que me haces daño. Hace mucho tiempo que no logro sentir un amor correspondido, un interés, una ilusión, una prioridad. Todo esto me lleva al extremo, me roba la felicidad y me quita las ganas de ser quien de verdad soy, quien quiero ser, y quien quiero compartir con el mundo.

Mi mundo eras tú, pero te ocupaste de llenarlo de dolor y de miedos.

Lo intenté, de verás que lo intenté, una y mil veces, claro que lo intenté, con todo con mi corazón, con sudor y con lagrimas. Me hubiese encantado que funcionase, esa siempre ha sido mi mayor ilusión, mi lucha día a día, pero parece ser que era una lucha absurda ya que dos no pelean si uno no quiere. En ningún momento he sido correspondido, y mi corazón se rompió en mil pedazos una y mil veces. Lo arreglaba, lo pegaba, lo sujetaba, pero se volvía a romper.

Las promesas, las palabras, los gestos duraban poco, muy poco, eran efímeros, y cada vez pasaba más tiempo entre los momentos buenos. Me fuí para olvidarte, y lo conseguí, pero volviste a aparecer, me desequilibraste y volví a caer. Al tiempo otra vez, y cuando al fin conseguí olvidarte, rompiste los moldes, superando en muy poco tiempo todo lo vivido hasta el momento. La incredibilidad me apodero, y no supe como reaccionar, pero te volví a abrir la puerta de mi corazón, ¡vaya que si la abrí!.

Y una vez mas no debí hacerlo. Cada uno es como es, y eso no es culpa de nadie. Yo siempre he sido un soñador, una persona enamoradiza, segura, preocupado de lo que para mi es importante, y hace mucho lo dije, seria tu ángel guardián y te acompañaría al mismo infierno si para ti fuese importante, jamás volverías a sufrir, a tener miedo, ni a sentirte desatendida, siempre estaría ahí.

Pero tu no has querido. No hay mucho mas que decir, esto es un adios, ni siquiera un hasta pronto, y desde luego que te puedo asegurar que me duele como un clavo en el mismisimo alma.

Prefiero vivir sabiendo que algún día te ame con todo mi corazón que morir en vida aterrorizado por tu rechazo.

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