Jamás habrá ayer sin mañana

Tal y como la nieve se derrite en primavera, el río fluye hasta el mar, las hojas caen de los árboles en otoño, el tiempo parece que escapa.

Tan solo unas horas nos separan de lo que será una vuelta a empezar. La resaca de mañana nos hará olvidar todo lo sucedido hasta ahora y se convertirá para muchos en recuerdos. Yo además lo considero experiencia.

Pensamos en el mañana y su incertidumbre hace que se dispare nuestra imaginación, esperanzas e ilusiones. Vívimos convencidos en que un mañana mejor está por llegar dejando escapar lo bueno que nos rodea.

Dicen que si no sabes lo que buscas, aunque lo tengas delante nunca te darás cuenta de que existe. Observo a diario algo así en todos los que me rodean.

Confunden el tiempo, el momento y la oportunidad. Nos arrepentimos de dejar escapar actos por miedo al que dirán amparandonos en un futuro mejor. Creemos que todo vuelve, que habrá otra ocasión, que estaremos ahí y no erraremos en nuestras decisiones. Pero todo queda en el pasado.

Pero no todo esta perdido, ni cualquier tiempo pasado fue mejor, ni lo mejor está por llegar. Vengo a derrumbar estos 2 mitos tan opuestos.

Mucha gente piensa que el tiempo es como un río que fluye suavemente en una sola dirección, pero se equivocan. Yo le he visto la cara al tiempo y es un océano durante la tormenta.

Podemos, debemos y queremos controlar la situación. Despreciar al pasado o mitificarlo no sirve de nada. Lo importante es sentirlo, aprovecharlo y vivir para contarlo.

El tiempo es una gran fuente de conocimiento. El tiempo todo lo sabe, lo sabe todo.

En mi cabeza ahora solo suena Time Only Knows, escuchadla con detenimiento, entendedla y sobretodo no la olvidéis nunca

El año llega a su fin. Nosotros seguimos haciendo nuestro camino. Crecemos, nos hacemos grandes y por fin lo comprendemos todo. Conseguimos poder, hayamos la razón, pero todo esto de nada sirve si no lo compartimos con las personas que mas queremos.

Este post va por vosotros. ¡Seguid ahí siempre!